Boletín El Séptimo Cielo. Nº 52 Junio 2017, Editorial.

23 Jun 2017

En la Abadía de Canterbury se conserva un escrito, atribuido a San Gervasio, y fechado el año del Señor de 1178 relativo a un hecho prodigioso que se observó en la Luna, estando esta cercana a su fase de luna nueva pero habiéndola superado ya: «De pronto el cuerno superior se abrió en dos. En el punto medio de la división emergió una antorcha flameante, que vomitaba fuego, en una distancia considerable, carbones calientes y chispas. Mientras, el cuerpo de la Luna que estaba debajo se retorció, por así decirlo, en ansiedad, y, para ponerlo en las palabras de los que me lo reportaron y que lo vieron con sus propios ojos, la luna palpitó como una serpiente herida. Después recuperó su estado normal.

Este fenómeno se repitió una docena de veces o más, la flama haciendo varias formas retorcidas y regresando después a su forma normal.

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